Mi padre es una de las personas más golosas que conozco, por lo que me viene de perlas como duendecillo de Lulu.
El otro día andaba yo escasa de inspiración y le pregunté si tenía algún antojo concreto y, trás meditar un momento, me comentó algo acerca de unos buñuelos de zanahoria que comía de pequeño y le encantaban.
¿Zanahorias? ¿En serio?
Esta idea de verduras en los dulces no me llama mucho la atención, y las zanahorias en particular no son santo de mi devoción, pero bueno...los duendecillos mandan!
Encima, no había oído hablar de este postre jamás, así que me puse a investigar y contrastar recetas. Al final, llegué a la receta que os voy a contar hoy.
Tengo que reconocer que me han sorprendido muy muy gratamente!! ESTÁN BUENISIMOS!! Lo juro!! Increíble pero cierto! Espero que os fiéis de mi y no tengáis prejuicios con, mis ahora amigas, las zanahorias!!
Ingredientes
1/2kg de zanahorias
300gr harina
220ml leche
200gr azúcar
1 huevo
1 sobre de levadura
* Aceite de girasol para freir los buñuelos
* Azúcar y canela para rebozarlos
En primer lugar, pelamos las zanahorias (Raspar la piel), las troceamos y las cocemos hasta que estén tiernas, son unos 20-30 minutos. Para comprobar que están tiernas podemos pincharlas con un tenedor. Cuando estén cocidas las escurrimos y las dejamos enfriar.
En un bol batimos las zanahorias con el huevo, el azúcar y la leche.
Cuando esté bien mezclado y triturado añadimos poco a poco la harina y la levadura, hasta que estén bien integradas.
Ok, ya tenemos la masa, ahora toca freírla En una sarten ponemos uno o dos dedos de aceite de girasol (Si no tenéis, podéis usar aceite de oliva). Cuando el aceite esté caliente, vamos añadiendo cucharadas de masa y las vamos friendo hasta que estén doraditas. El tamaño de los buñuelos lo dejo a vuestra elección!
Si veis que se doran por fuera pero no se hacen por dentro, bajad el fuego y freídlas a fuego lento, tardarán más pero os aseguráis de que se hacen bien por dentro!
Conforme vayáis friendo los buñuelos, los vais poniendo en un plato con papel absorbente y a continuación los rebozáis en azúcar y canela. Y ya está!!
Aviso! Es mucha cantidad de masa, así que, si no os los vais a comer de una "sentá", os recomiendo no hacer toda la masa de una, es decir reservar para otro día (En un tupper, en la nevera). Además están mucho más buenos recién hechos que de un día para otro!
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